sábado, 1 de septiembre de 2012

¿Con qué necesidad?

Por J. Lanteri

“No se sientan culpables si alguna vez tienen que escribir cosas que van en contra de sus principios”. Parada, frente a la clase, la docente les habló así a las y los estudiantes de comunicación.

En el aula hubo una repregunta, para confirmar lo que se había escuchado y, también, para no descartar que se hubiera expresado mal, que quiso decir otra cosa y dijo eso. La repregunta guardaba en el fondo la esperanza del error, o tal vez, porqué no, darle a la mujer una segunda oportunidad y que vuelva atrás sobre sus pasos.


Pero no.

Siguió adelante e insistió en su prédica. Porque, según explicó, en determinadas circunstancias no queda otra que anteponer el sueldo, la estabilidad laboral y el bienestar de la familia. Este último recurso, el más trillado de todos: la familia como escudo, como excusa. “Es que tenés que darle de comer a tus hijos”, justificó.

Y pienso: ¿Se hubiera animado a decir lo mismo frente a Rodolfo Walsh?

Creo que no, no lo hubiera dicho y si lo dijo es porque descartó que en esa clase existiera gente dispuesta a ir a contratodo, contratrabajo, contrafagote, contra y recontra cada día, contra cada cosa que los demás aceptan y que tiene fuerza de ley… Un aula sin cronopios.

“Se pueden hacer otras cosas, podés poner tu propio medio de comunicación. Armar una cooperativa, pero no es fácil”, dijo la docente y siguió demarcando un camino a seguir. “Sí es fácil ser soberbios y decir '¡ahh…yo nunca!' Pero hay que estar”, insistió.

La clase, una muy buena clase en cuanto a sus métodos freireanos, concluyó con la reiteración de la siguiente máxima: “Mi mensaje, el que les quiero dejar, es que no se sientan culpables si alguna vez tienen que escribir cosas que van en contra de sus principios”. La tarea para el hogar fue: escribir dos artículos, uno en contra y otro a favor del sistema educativo.

Digo yo, si la cobardía ya nos viene sola, en pequeñas o en grandes dosis, si la expresamos en titubeos, en silencios, en miradas para otro lado, en hacer de cuenta que como estamos estamos bien, en que no hay nada que cambiar… si ya somos bastante cobardes, solitos nomás, ¿con qué necesidad ponerse a enseñar cómo ser cobardes y además, no sentir vergüenza?

1 comentario:

  1. Otra que educación para la Libertad. Freire se revolcará en su tumba.
    El decía estas cosas:

    "Nadie libera a nadie, nadie se libera solo. Los seres humanos se liberan encomunión”.

    “Decir la palabra verdadera es transformar el mundo”.

    "Decir que los hombres y las mujeres son personas, y como personas son libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa”.

    "La neutralidad no es posible en el arte educativo, y en el acto educativo. Mi punto de vista –yo diría mi opción- es, el de los excluidos, el de los condenados de la tierra”.

    Recomiendo la película "La Educación Prohibida". En www.educacionprohibida.com

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