Mientras uno está viendo "Skhizein" (Jeremy Clapin) tiene la sensación de que esa historia ya la conoce. En algún libro, tal vez. Pero los libros son tantos que, al segundo estante, dejamos de buscar. Otra vez será. Sin embargo, lo volvemos a ver y sí, nos parece que puede haber alguna clave, una pista. Sí. Estaba ahí, a la vista de todos y se nos volvió a pasar, casi.
Si uno mira bien al psicoanalista, esa cara nos es muy familiar. ¿Cómo no pensar en Cortázar? Ahora las estanterías de la biblioteca ya no son tantas y con paciencia se llega a la página 173 de "La vuelta al día en ochenta mundos", en su edición original. O a la 129 del segundo tomo de la edición más liliputiense pero igual de simpática. Allí podrá leer “La caricia más profunda” y comprobar por usted mismo si el delirante esquizo es el personaje o los lectores como uno...
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